La Argentina afianzó esta semana su liderazgo regional con su asunción al frente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) para el período 2022-2024, y la concreción de la Tercera Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE), que ubicó al país como una «pieza clave» para la integración estratégica entre ambos continentes.
Entre el lunes y jueves pasados Buenos Aires concitó la atención de la diplomacia regional y europea por la realización del 39° período de sesiones de la Cepal, y el encuentro que reunió a cancilleres y altos representantes de 54 países de América Latina y el Caribe y de la Unión Europea, dos eventos que contaron con la participación del presidente Alberto Fernández.
La cumbre de la Cepal
Tras 59 años, la Argentina volvió a ser sede de una reunión de la Cepal, encuentro que se celebró desde el lunes y hasta el miércoles pasado en el Centro Cultural Kirchner (CCK), marco en la cual el país asumió la Presidencia Pro Témpore (PPT) de esa comisión regional fundada en 1948 por Naciones Unidas.
Al abrir el 39° período de sesiones del encuentro, Fernández dijo que en América Latina y el Caribe «la brecha entre ricos y pobres es la más profunda del planeta» y aseguró que esta desigualdad «es consecuencia directa de quienes pugnan por un Estado ausente».
En la región «se impone el imperativo ético de cambiar este presente y unirnos en ese esfuerzo común», enfatizó el jefe de Estado, al insistir que la región es la «más desigual del mundo».
La «desigualdad» es «consecuencia directa» de las políticas neoliberales que «pugnan por un Estado ausente», postuló Fernández en la apertura del conclave titulado «Hacia la transformación del modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe: producción, inclusión y sostenibilidad», del que también participaron el canciller de Costa Rica, Arnoldo André Tinoco (país que ejerció la presidencia del 38º período de sesiones); el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, y el secretario general de la ONU, António Guterres, mediante un mensaje pregrabado.
Fernández levaluó que «la coyuntura actual de la región requiere una mirada crítica y respuestas innovadoras para diseñar políticas y soluciones hechas en América Latina y para América Latina y el Caribe».
La superación de las asimetrías entre la Celac y la UE
El encuentro de la Cepal, junto a la reunión de cancilleres de la Celac del miércoles pasado, sirvieron de base de sustentación para la reunión de cancilleres de la Celac y la UE, que tuvo lugar el jueves también en el CCK, y en la que latinoamericanos y caribeños reclamaron acuerdos que permitan la superación de las asimetrías existentes entre ambos bloques y la necesidad de sumarse a nuevas cadenas de suministro «seguras y justas», desde la aplicación de valor agregado.
La reunión convocada bajo el lema «Renovando la alianza birregional para fortalecer la paz y el desarrollo sostenible», fue presidida por el canciller Cafiero (por la PPT argentina de la Celac) y por el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, quienes expusieron, junto a Fernández, en la apertura del encuentro.
La reunión -la primera ministerial Celac-UE desde julio de 2018-, marcó la reanudación del diálogo birregional, interrumpido en estos años por las fracturas internas latinoamericanas y las prioridades europeas puestas en otras regiones.
El conclave, realizado a puertas cerradas, se tradujo en un comunicado conjunto de tres carillas en el que se reivindicó la «reanudación de un diálogo birregional basado en una agenda progresista, sustantiva y positiva».
En declaraciones a Télam y a modo de balance, el canciller Cafiero destacó que las cumbres que tuvieron sede en Buenos Aires esta semana, permitieron que «todos tuvieran acceso a la palabra, y eso es un punto vital, ya que todos los países tenemos algo para decir y para escuchar» y remarcó que con esas instancias de diálogo «quedó plasmado que América Latina y el Caribe es una zona de paz, donde los conflictos se resuelven bajo el uso de la palabra y la democracia, donde proponemos pasar del determinismo bélico al posibilismo armónico».
La Cumbre Celac-UE se produjo en un momento clave: el impacto de la guerra en Ucrania en los suministros de alimentos y energía hizo que Europa volviera su mirada hacia América latina y el Caribe, una región generosa en esos productos.
Previo a la cumbre y en una entrevista con Télam, Borrell consideró que Argentina es «un país clave» para relanzar las relaciones entre el bloque europeo y América Latina y recordó que «dentro del Mercosur nada es posible sin Argentina».
El objetivo de América latina y el Caribe -según las posturas expresadas en el CCK por los representantes de la Celac -empezando por su titular, el presidente Fernández, y el canciller Cafiero – es que la región aproveche esta oportunidad para dejar atrás una matriz económica primarizada, basada en el extractivismo para incluirse en nuevas cadenas de suministros seguras y justas, con alto valor agregado y que contribuyan a generar empleos de calidad.
Fernández postuló que la UE «tiene un rol central» en la superación de las asimetrías norte-sur y, tras condenar la invasión de Rusia a Ucrania, expuso los efectos de la guerra en el hemisferio sur.
«Allá en el norte se disparan misiles y acá en el sur pasamos hambre», dijo y remató: «Europa tiene que ayudarnos a poder conseguir el desarrollo porque si no todo encuentro será una quimera inútil».
«No estamos condenados a ser la economía primaria a la que nos quieren condenar», enfatizó, al bregar por la «industrialización» de la región, un concepto en el que también abundó, Cafiero cuando planteó la necesidad enfrentar «los desafíos estructurales de la región» incluyéndose en «cadenas de suministros seguras y justas», con «agregación de valor».
En el diálogo con Télam, Cafiero valoró que la necesidad de «identificar nuevas cadenas de suministros seguras» haya quedado plasmada en la cumbre Celac-UE, y remarcó que en ello América Latina y el Caribe presentan una «oportunidad ante el mundo».
«Esas cadenas deben ser además justas, con un desarrollo que no sea extractivo, sino tener un encadenamiento productivo, generar empleo de calidad, transferencia de tecnología, desarrollo científico y tecnológico donde se instalen, con conciencia social y ambiental», amplió.
En tanto, el conclave en el CCK estuvo atravesado por la disputa electoral -clave para el futuro de la región- que jugarán el próximo domingo el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, y el actual mandatario ultraderechista de ese país, el ultraderechista Jair Bolsonaro,